miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nos esta llevando la Chingada.

Un poco de investigación sobre un correo que envío un querido Amigo y ...

Chingar.

Cada país tiene la suya. En la nuestra, en sus breves y desgarradas, agresivas, chispeantes sílabas, parecidas a la momentánea luz que arroja el cuchillo cuando se le descarga contra un cuerpo opaco y duro, se condensan todos nuestros apetitos, nuestras iras, nuestros entusiasmos y los anhelos que pelean en nuestro fondo, inexpresados. Esa palabra es nuestro santo y seña. Por ella y en ella nos reconocemos entre extraños y a ella acudimos cada vez que aflora a nuestros labios la condición de nuestro ser. Conocerla, usarla, arrojándola al aire como un juguete vistoso o haciéndola vibrar como un arma afilada, es una manera de afirmar nuestra mexicanidad.

Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una frase que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusiasmo nos llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡Viva México, hijos de la Chingada! Verdadero grito de guerra, cargado de una electricidad particular, esta frase es un reto y una afirmación, un disparo, dirigido contra un enemigo imaginario, y una explosión en el aire. Nuevamente, con cierta patética y plástica fatalidad, se presenta la imagen del cohete que sube al cielo, se dispersa en chispas y cae oscuramente. O la del aullido en que terminan nuestras canciones, y que posee la misma ambigua resonancia: alegría rencorosa, desgarrada afirmación que se abre el pecho y se consume a sí misma.

Con ese grito, que es de rigor gritar cada 15 de septiembre, aniversario de la Independencia, nos afirmamos y afirmamos a nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. ¿Y quiénes son los demás? Los demás son los "hijos de la chingada?': los extranjeros, los malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales. En todo caso, los "otros". Esto es, todos aquellos que no son lo que no-sotros somos. Y esos otros no se definen sino en cuanto hijos de una madre tan indeterminada y vaga como ellos mismos.

¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la Madre. No una Madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.

En la Anarquía del lenguaje en la América Española, Darío Rubio examina el origen de esta palabra y enumera las significaciones que le prestan casi todos los pueblos hispanoamericanos. Es probable su procedencia azteca: chingaste es xinachtli (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado). La voz y sus derivados se usan, en casi toda América y en algunas regiones de España, asociados a las bebidas, alcohólicas o no: chingaste son los residuos o heces que quedan en el vaso, en Guatemala y El Salvador; en Oaxaca llaman chingaditos a los restos del café; en todo México se llama chínguere —o, significativamente, piquete— al alcohol; en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna; en España chingar equivale a beber mucho, a embriagarse; y en Cuba, un chinguirito es un trago de alcohol.

Chingar también implica la idea de fracaso. En Chile y Argentina se chinga un petardo, "cuando no revienta, se frustra o sale fallido". Y las empresas que fracasan, las fiestas que se aguan, las acciones que no llegan a su término, se chingan. En Colombia, chingarse es llevarse un chasco. En el Plata un vestido desgarrado en un vestido chingado. En casi todas partes chingarse es salir burla-do, fracasar. Chingar, asimismo, se emplea en algunas partes de Sudamérica como sinónimo de molestar, zaherir, burlar. Es un verbo agresivo, como puede verse por todas estas significaciones: descolar a los animales, incitar o hurgar a los gallos, chunguear, chasquear, perjudicar, echar a perder, frustrar.

En México los significados de la palabra son innumerables. Es una voz mágica. Basta un cambio de tono, una inflexión apenas, para que el sentido varíe. Hay tantos matices como entonaciones: tantos significados como sentimientos. Se puede ser un chingón, un Gran Chingón (en los negocios,en la política, en el crimen, con las mujeres), un chingaquedito (silencioso, disimulado, urdiendo tramas en la sombra, avanzando cauto para dar el mazazo), un chingoncito. Pero la pluralidad de significaciones no impide que la idea de agresión —en todos sus grados, desde el simple de incomodar, picar, zaherir, hasta el de violar, desgarrar y matar— se presente siempre como significado último. El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar —cuerpos, almas, objetos—, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: "se chingó".

Tomado de la obra literaria de Octavio Paz, en 'El laberinto de la soledad' (léelo y te sorprenderás, es más, mirarás al mexicano en su ideología al desnudo, y quizás entonces entiendas el porque de la condición de México).

El verbo CHINGAR es por excelencia el verbo del léxico mexicano que se utiliza para todo, desde lo mejor que esta chingón hasta lo peor que está de la chingada. Quizás en nuestro maravilloso idioma una de las palabras que más aplicaciones tiene es el verbo CHINGAR en todas sus formas: debido al auge en uso que ha tomado este hermoso vocablo, la Real Academia Española de la Lengua ha decidido aceptarlo formalmente.

DENOTANDO FRAUDE
Me chingaron


IGNORANCIA
Sepa la chingada

AMENAZA
Te voy a chingar

PRESUMIR
Soy el más chingón

DISTANCIA
Hasta la chingada

DESPRECIO
Vales para pura chingada

CELOS
Con quién chingados estabas?

INCONFORMIDAD
¡¡Son chingaderas!! Ya ni la chingan...

PETICION
Vete a la chingada

CALIFICATIVO
Chingaquedito

HOSTILIDAD
Y tú quién chingados eres??

FRUSTRACION
Ah que bien chingas!!!

TERMINAL
Esto chingó a su madre

INCERTIDUMBRE
¿Y no nos irán a chingar?

CERTEZA
Ya nos chingaron

ADVERTENCIA
Síguele y te va a cargar la chingada

INCOMPETENCIA
No sé que chingados hacer.

DISCRECION
Chingao

ENOJO
Que vaya y rechingue a su madre

COMPASION
Que fea chinga le arrimaron

TRIUNFALISMO
Ya chingué

DERROTISMO
Me chingué

HUMORISMO
Está bien que chingues pero... a tu madre la respetas!!!

DESPEDIDA
Vámonos a la chingada

CHISME
¿Supiste a quién se chingaron ayer?

ADMIRACION
¡¡¡Tá chingón!!!

ANTIMODERNISTA
Que chinguita con los celulares

INCREDULIDAD
¡¡Ah!! ¡chingá, chingá, chingá!....

ABURRIMIENTO
Pos ah, que la chingada

DENOTANDO UN ERROR
Está de la chingada


Ya se porqué los mexicanos nos sentimos de la......

martes, 24 de noviembre de 2009

¿Cuánto Felipe Calderón queda?

El análisis de Ciro Gómez Leyva me parece aterrador, pero la sociedad tiene derecho de conocer la verdad con el fin de comprender el momento histórico social que vive este desafortunado país.

La historia en breve

Ciro Gómez Leyva


Tres cifras recientes resumen los tres años de gobierno de Felipe Calderón. La primera, ofrecida por él mismo: en lo que va del sexenio, otros 6 millones de mexicanos cayeron en pobreza alimentaria, “en una condición tal que la familia no tiene siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos”. La Cepal redondeó la desolación: México carga hoy con 37 millones de pobres y 12 millones de indigentes.

La segunda es también cifra oficial. La PGR acaba de informar que 75 por ciento de los 227 mil detenidos en la lucha contra el crimen organizado han sido liberados.
La tercera es el cálculo del gobierno sobre el desplome de 7 por ciento de la economía nacional en 2009, lo que significa, entre muchas cosas, que hoy hay menos mexicanos con empleo de los que había el 1 de diciembre de 2006.
Pobreza-seguridad-empleo era el eje de la oferta de su gobierno. No se necesita mayor ciencia política para diagnosticar el tamaño del fracaso. Olvidemos el desánimo colectivo, la corrupción, las reformas fallidas, las crisis sanitarias, la carnicería en la guerra contra el narco, las visas canadienses… Y reconozcamos que la intemperie política es, indudablemente, menos conflictiva que hace tres años. Aun así, el saldo es demoledor: México tiene más pobres, más desempleados, más inseguridad.
Habría que remontarse al 1985 post-sismos de Miguel de la Madrid para hallar algo parecido. ¿Qué le pasó a Felipe Calderón? ¿Al México de Felipe Calderón?
Las encuestas enseñan que, pese a todo, al menos uno de cada dos mexicanos sigue confiando en que, como capitán, sacará al barco de la tormenta. Pero, ¿querrá él librar la tormenta?

lunes, 9 de noviembre de 2009

Un Nuevo Sonora

Ausente de compromisos o mejor aun profundamente comprometido con retratar una circunstancia social, esta pieza de análisis queda para la reflexión de la sociedad en general, excelente, Felicidades.

Alex Palma

Por Juan Francisco González Iñigo Lupas # 497

Anoche llegué al DF de Hermosillo, Sonora, mi tierra. Voy poco, quizá porque regreso lleno de melancolía. Me nubla la mente una mezcla de nostalgia e impotencia. Parece que el destino nos alcanza y mis vaticinios se cumplen. El riquísimo capital humano vive en su zona de confort. Ya solo faltan tres LUPAS para llegar a la cifra mágica: ¡500!

1- Lo que he dicho y escrito desde hace unos veinte años sobre el futuro de Sonora se está cumpliendo. La educación, la religión y el pertenecer a una clase social rentista y dominante hipnotizan las conciencias. Quiero mucho a esa gente, muchos son amigos del alma, admirables, pero no entiendo del todo al que se quedó allí de por vida y no gusta de ver más allá de sus narices. Al que luce pasivo frente a los cambios culturales y la globalización. Me pregunto siempre a mi regreso: ¿cómo puedo contribuir a sacudir a una sociedad que no quiere salir de suzona de confort? ¿Cómo acercar a los privilegiados con los condenados de esta tierra? ¿Cómo pasar del pensamiento a la acción, al activismo social? ¿Cómo aprovechar el talento y la energía de tantos tomadores de café tan inteligentes, algunos de ellos en su época estudiantes brillantes summa cum laude y premios al saber? ¿Cómo vender un modelo cultural más armónico, donde el dinero no sea lo único importante para sentirse exitoso?

2- En Sonora, como en todo el país, se viven momentos de apremio, con preocupaciones de estallidos sociales y una exagerada dependencia cultural de los medios electrónicos, en especial de la TV. Se vive además un creciente distanciamiento entre las clases sociales, con tendencia a la delincuencia y el despojo patrimonial. Falta un mayor gasto público. Los pocos acercamientos entre la gente diferente se hacen más por obras de caridad, a cargo de señoras beatas, ejemplares por cierto, que por ejercicios reales de solidaridad y mejoramiento social. No hay una permanente creación de empresas que fomente la unión de las clases sociales. Hay demasiada inteligencia desaprovechada en México y en Sonora en particular. Miles de horas desaprovechadas. Cientos de proyectos frustrados --con capital de riesgo tirado a la basura--, han llevado a muchos a comprar el management probado de otros, a través de adquirir valores en las Bolsas nacionales y extranjeras. Eso fomenta el aislamiento y las interrupciones en los procesos de formación de capital.

3- Falta insistir en las bondades de una cultura del bien común, del bien de la comunidad. Recordemos que la cultura no solamente es lo que sucede y se confronta con los valores de una sociedad, sino también el modo como la gente evalúa lo que sucede en su casa y afuera de su casa. Tiene que ver con su filosofía de la vida, sus prioridades, sus valores y su ética: Cómo ve la gente a la familia, la vida humana, la responsabilidad, el sacrificio, a los ancianos, a la autoridad, a la muerte, etc. Y sobre todo al gran dios: el dinero y su hermano siamés: el poder. En eso el sonorense es peculiar, vive en el silencio, en la dependencia política, por tener siempre algo en que lo puedan afectar, sea en sus bienes o en sus honores. Entonces opta por no confrontar al poderoso en turno, incluso a lambisconearlo, a veces por necesidad y otras por vocación. Su espíritu crítico no pasa del chascarrillo y la reunión de amigos, nunca se atreve a defender sus puntos de vista en público. Y tampoco se atreve a acercarse con el diferente, con el jodido, con el extraño. El sonorense flota, hace de la flotación un arte. Dos o tres, a manera de ejemplo, se atreven a escribir a las LUPAS.

4- A las 6 am de ayer domingo recorrí solo la ciudad de Hermosillo, donde viví hasta los 17 años, es decir de 1945 a 1962, antes de irme a estudiar a Monterrey. Me encontré con una ciudad llena de contrastes. Un centro abandonado, casi en ruinas, lleno de comercios y letreros sucios y de plazas sin atención, con edificios despintados, sin alegría ni esmero. En cambio, en las afueras observé mansiones típicas de magnates, cada vez más enrejadas y protegidas. Lo que más llama la atención son los miles de carros nuevos –signos de estatus-- que atascan y afean una ciudad llena de baches. Por cierto, cada vez que voy llueve. En Hermosillo creo que solo han llovido dos días: ayer y el día que me casé, un primero de septiembre de hace 42 años. El Hermosillo en el que viví era sin duda más pintoresco, con una mejor calidad de vida. Había solidaridad, entrega, calidez humana sin poses, de la que trasciende. En mi recorrido por la Serdán casi me pongo a llorar del abandono, del poco interés por preservar algo de lo bello, de lo que es necesario preservar en toda comunidad. Por las colonias populares vi expendios de cerveza y tiendas de celulares en cada esquina, y cientos de “buquis bichis con la bichola de fuera” sin hacer nada.

5- En mi recorrido visité el panteón municipal donde está enterrada mi madre, Pina Iñigo de González Casero (1913-1983), junto a sus padres, sus hermanos, su abuelo y dos indígenas yaquis que fueron adoptados de niños por mi bisabuelo, que vivió 90 años, y que era corresponsal del NYT en Sonora: Ricardo Johnson (1834-1924), mejor conocido como papa-cali. Se llamaban Panchita y Manuel Olivas, a quienes traté hasta mis 15 años de vida en una casa situada en las faldas del Cerro de la Campana, por la calle No Reelección. Nos decía mi segunda madre Crucita Iñigo de Robles (1909-1995), que la sola presencia de ambos hermanos que vivieron junto a ellos hasta su muerte los humanizó, les dio otra perspectiva de vida. Sobra decir que esa casa estaba llena de vida y de vidas. Había matas, flores, pájaros, muy poco dinero y una presencia de Dios en cada rincón. Era muy superior la habilidad manual de Panchita y Manuel, nacidos en las comunidades indígenas yaquis, a fines del siglo 19. Su cara y su bondad son inolvidables, no obstante las diferencias culturales, al provenir ellos de otro código genético y postal. Eso es lo que enriquece la vida.

6- Siempre me ha intrigado por qué el importantísimo capital humano --factor clave del desarrollo económico--, no se aprovecha en mayor medida en México en general y en Sonora en especial. Los gobiernos mexicanos están completamente rebasados por los problemas de una población anestesiada que crece y crece. Los (des)gobiernos son asistencialistas, pero no son promotores humanos. Mi tesis es que si no hubiera pobres no hubiera políticos. Gobiernos van, gobiernos vienen, y el estancamiento económico y social sigue, con pocos visos de mejorar. ¿Qué puede hacerse? El sonorense no gusta de pagar impuestos, porque sabe que no se hace un buen uso de esos dineros. El sonorense de polendas y también el clase mediero es apostador y especulador, no es inversionista de largo plazo ni tiene cultura industrial. La meca del sonorense no es el DF, son Las Vegas. Como todos los estados norteños, Sonora está bajo dos grandes influencias: los cercanos EEUU y el lejano DF. ¿De dónde nace el espíritu especulador, jugador y apostador del sonorense? No lo sé. A lo mejor fue de los chinos, antes de que los corriera Calles. Sonora parece haber perdido la brújula desde los llamados gobiernos revolucionarios.Los caudillos sonorenses no supieron crear nuevos paradigmas culturales. Quienes arriesgan hoy en Sonora son los extranjeros, sean de otros países o de otras entidades.

7- Todo tiene una explicación. En México en general y en Sonora en particular se han vivido desde la revolución de 1910 puras falsedades. Se ha fomentado una dicotomía educativa entre ricos y pobres, con escuelas oficiales gratuitas para los pobres y privadas con fines de lucro para los ricos, sean o no confesionales. Pocos son los que llegan al olimpo provenientes de las escuelas oficiales. Por eso las castas sociales. No hay confianza en nada ni en nadie. En un día puede desmoronarse la paz social, como también la moneda y con ella años de ahorros y sacrificios. Por ello mientras los locales buscan ser rentistas, o tener negocios de bajo riesgo que generen rentas, siguiendo el modelo de Carlos Slim con las telefónicas, los fuereños buscan mercados para sus servicios y productos, en especial de la rama electrónica. Empiezan a instalarse en Sonora call centers y centros de búsqueda de personal experimentado para industrias de alto valor agregado de EEUU que buscan mano de obra barata y cercanía con el mercado de EEUU. Eso tiene futuro. En cambio, los intentos de crear polos de desarrollo turístico e inmobiliario como los pretendidos en Puerto Peñasco, San Carlos y Bahía Kino, son un completo fracaso. El empresario sonorense en general está descapitalizado y muy golpeado por las crisis.

8- El desafío es enorme, más ahora sin los recursos excedentes del petróleo. Es evidente, insisto, en que las necesidades de la población crecen con mayor velocidad que las posibles soluciones. Los gobernantes hartos de hacer lo que se puede y no lo que se quiere, terminan siempre llorando, frustrados, como acaba de suceder conEduardo Bours, que nunca entendió de corazón a los jodidos, la inmensa mayoría. Creyó que con cabalgatas se logran baños de pueblo. No escuchó a ningún disidente, rodeado de su corte celestial de yes mans y de sus miles de súbditos con sueldos bastante por encima de su productividad. A los gobernantes les falta cultura, lecturas e inteligencia social. Difícilmente pasarían un test psico-sociométrico que debiera ser obligatorio previo a toda elección popular. Por lo pronto, la alternancia está poniendo en jaque a unas tres mil familias que están siendo desplazadas por el nuevo gobierno panista, encabezado por un muchacho de 40 años, Guillermo Padres Elías, que luce muerto de miedo y que ya busca llenar con sus paisanos de Cananea los huesos a todos los niveles de gobierno.El resultado es que cientos de profesionales y de recién egresados de las universidades, que proliferan en Sonora, deben marchar fuera de la entidad para poder mantener a sus familias.

9- No se ve por donde pueda crecer la economía sonorense en los próximos años. La tarea es promover hasta con las uñas la inversión privada para crear empleos remuneradores. No hay otro camino, porque habrá menores recursos públicos federales. El entorno pronto será más favorable. La agricultura y la ganadería viven malos momentos con la atonía de los mercados. La minería es un puntal, pero en Cananea no pueden ponerse de acuerdo los obreros radicalizados --descendientes intelectuales de los Flores Magón--, y la empresa Minera México, dejando a la comunidad en serios aprietos económicos. Habrá que buscar nuevos y mejores caminos para in teresar a los obreros en las utilidades extraordinarias de la empresa. El publicitado Sonora Proyecta de Bours quedó a medias, no prosperó, no jaló, no convenció. Bours se dedicó a la auto-complacencia, a caminar sobre sus puntos fuertes –relaciones con el poder del centro— y descuidó sus puntos débiles, que finalmente terminaron por desquiciarlo, al no controlar su mundo emocional. El balance final de Bours no es tan malo y no refleja algunas de las bondades de su modelo operativo. El verdadero problema es que el poder termina por enloquecer a los virreycitos mexicanos. Desencadena fuerzas que no pueden controlar en las adversidades, con todo y sus signos externos de manipulación religiosa. Nadie escapa de la quemazón.

10- En síntesis, de un vistazo, y a través de preguntar y preguntar, me sensibilicé de una sociedad preocupada, bastante pesimista sobre su futuro, con un culto demasiado extendido al dinero y al poder. Es el resultado de una burocracia que crece y crece, al grado de que familias enteras de apellidos bien viven de los puestos de gobierno. Pocos quieren arriesgar en negocios nuevos, en nuevas ideas. Con las tasas de interés en los suelos los ingresos de los rentistas se han ido a pique. La experiencia ha sido clara: los que más han arriesgado son los que más han perdido. Lo importante ahora es cuidar lo poco que hay y dejar de intentar con nuevos negocios que pueden llevar a perderlo to do. Los jóvenes están en crisis existencial, todos quieren ser muy ricos, por la excesiva presión social hacia las marcas y los objetos de alto precio, y muy pocos toman conciencia de la realidad. Viven enajenados. La ciudad se segmenta por ghettos, con un sistema educativo en continua crisis --por la falta de dinero para pagar las colegiaturas--, y alejado de una posible unión de las clases sociales. Los modelos de vida austera y sobria no acaban de imponerse. El narco y el alcohol hacen presa a muchos jovencitos que se resisten a vivir con pocos ingresos. La propia demografía sigue una lógica implacable al dividir las fortunas y los negocios entre varios hijos de la siguiente generación.

11- Mi última reflexión: En la sociedad sonorense el único éxito que cuenta es el económico. Si no tienes dinero no eres nadie. Puedes ser un virtuoso de las letras, la música o las artes, un excelente profesor de la escuela oficial Ángel Arreola o de la Leona Vicario, que ayer visité, pero si no tienes dinero, nada vales para una comunidad que te mide por tus haberes y tus caudales. De esto opiné por cierto a unos jóvenes lectores de las LUPAS con quienes departí y que decidieron invitarme a hablar en Hermosillo en los próximos meses. Me pusieron una única condición: que hable sin pelos en la lengua, que sea incendiario. Se me va a dificultar, les respondí. ¿De que voy a hablarles a unos jóvenes que buscan trascender, ser, pensar, actuar, que quieren ser ellos mismos, no seguir a nadie y encontrarle sentido a sus vidas vacías?

jueves, 5 de noviembre de 2009

¡¡¡¡¡ORGULLO MEXICANO QUE VALE LA PENA DIFUNDIR!!!!!

Colaboración de Martín León.

PREMIO NOBEL DE ECOLOGIA ES MEXICANO

Pocos lo saben, pero existe un premio tipo "Nobel" de Ecología.

Este año lo ha ganado Jesús León Santos, de 42 años, un campesino indígena
mexicano que ha estado realizando, en los últimos 25 años, un excepcional
trabajo de reforestación en su región de Oaxaca, México.

El nombre de la recompensa es "Premio Ambiental Goldman"
(
www.goldmanprize.org/theprize/about_espanol).

Fue creado en 1990 por dos generosos filántropos y activistas cívicos
Estadounidenses Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman.

Consta de una dotación de 150.000 USD ($2,154,000 M.N.) y se entrega cada
año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados
Unidos).

Hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medioambiente de 72 países. En
1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio
Nobel de la Paz en 2004.

A Jesús León Santos se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió
cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol".
Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos,
desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes
distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para
nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.

Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer
los campos. Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas que
le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en
zonas de cultivo y arboladas.

¿Cómo llevar el proyecto a cabo? Haciendo revivir una herramienta indígena
también olvidada: El tequio, el trabajo comunitario no remunerado. Reunió a
unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral
Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos
limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal

culpable del deterioro: la erosión.

En esa región Mixteca existen más de 50.000 hectáreas que han perdido unos
cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI. La cría intensiva de
cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció
la Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala
intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos
dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificació n.

Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y
pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias,
sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras
vivas para impedir la huida de la tierra fértil.

Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico,
plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas,
aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.

Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y
campesinas, la soberanía alimentaria.

Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de
pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del
maíz, cereal originario de esta región.

Sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es
de las más resistentes a la sequía.

Se planta entre febrero y marzo, que es allí la época mas seca del año, con
muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece
rápidamente.

Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido.

Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido
manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.

Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y
siembran unos 200.000 árboles anuales..

Cada día hacen retroceder la línea de la desertificación.

Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal
que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos
de madera y utensilios de uso corriente.

Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento,
de más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia
para el riego de invernaderos familiares orgánicos.

El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas,
que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente
plantaciones masivas.

En un mundo donde las noticias, con frecuencia, son negativas y deprimentes,
esta historia ejemplar ha pasado desapercibida.