Alex Palma
Por Juan Francisco González Iñigo Lupas # 497
Anoche llegué al DF de Hermosillo, Sonora, mi tierra. Voy poco, quizá porque regreso lleno de melancolía. Me nubla la mente una mezcla de nostalgia e impotencia. Parece que el destino nos alcanza y mis vaticinios se cumplen. El riquísimo capital humano vive en su zona de confort. Ya solo faltan tres LUPAS para llegar a la cifra mágica: ¡500!
1- Lo que he dicho y escrito desde hace unos veinte años sobre el futuro de Sonora se está cumpliendo. La educación, la religión y el pertenecer a una clase social rentista y dominante hipnotizan las conciencias. Quiero mucho a esa gente, muchos son amigos del alma, admirables, pero no entiendo del todo al que se quedó allí de por vida y no gusta de ver más allá de sus narices. Al que luce pasivo frente a los cambios culturales y la globalización. Me pregunto siempre a mi regreso: ¿cómo puedo contribuir a sacudir a una sociedad que no quiere salir de suzona de confort? ¿Cómo acercar a los privilegiados con los condenados de esta tierra? ¿Cómo pasar del pensamiento a la acción, al activismo social? ¿Cómo aprovechar el talento y la energía de tantos tomadores de café tan inteligentes, algunos de ellos en su época estudiantes brillantes summa cum laude y premios al saber? ¿Cómo vender un modelo cultural más armónico, donde el dinero no sea lo único importante para sentirse exitoso?
2- En Sonora, como en todo el país, se viven momentos de apremio, con preocupaciones de estallidos sociales y una exagerada dependencia cultural de los medios electrónicos, en especial de la TV. Se vive además un creciente distanciamiento entre las clases sociales, con tendencia a la delincuencia y el despojo patrimonial. Falta un mayor gasto público. Los pocos acercamientos entre la gente diferente se hacen más por obras de caridad, a cargo de señoras beatas, ejemplares por cierto, que por ejercicios reales de solidaridad y mejoramiento social. No hay una permanente creación de empresas que fomente la unión de las clases sociales. Hay demasiada inteligencia desaprovechada en México y en Sonora en particular. Miles de horas desaprovechadas. Cientos de proyectos frustrados --con capital de riesgo tirado a la basura--, han llevado a muchos a comprar el management probado de otros, a través de adquirir valores en las Bolsas nacionales y extranjeras. Eso fomenta el aislamiento y las interrupciones en los procesos de formación de capital.
3- Falta insistir en las bondades de una cultura del bien común, del bien de la comunidad. Recordemos que la cultura no solamente es lo que sucede y se confronta con los valores de una sociedad, sino también el modo como la gente evalúa lo que sucede en su casa y afuera de su casa. Tiene que ver con su filosofía de la vida, sus prioridades, sus valores y su ética: Cómo ve la gente a la familia, la vida humana, la responsabilidad, el sacrificio, a los ancianos, a la autoridad, a la muerte, etc. Y sobre todo al gran dios: el dinero y su hermano siamés: el poder. En eso el sonorense es peculiar, vive en el silencio, en la dependencia política, por tener siempre algo en que lo puedan afectar, sea en sus bienes o en sus honores. Entonces opta por no confrontar al poderoso en turno, incluso a lambisconearlo, a veces por necesidad y otras por vocación. Su espíritu crítico no pasa del chascarrillo y la reunión de amigos, nunca se atreve a defender sus puntos de vista en público. Y tampoco se atreve a acercarse con el diferente, con el jodido, con el extraño. El sonorense flota, hace de la flotación un arte. Dos o tres, a manera de ejemplo, se atreven a escribir a las LUPAS.
4- A las 6 am de ayer domingo recorrí solo la ciudad de Hermosillo, donde viví hasta los 17 años, es decir de 1945 a 1962, antes de irme a estudiar a Monterrey. Me encontré con una ciudad llena de contrastes. Un centro abandonado, casi en ruinas, lleno de comercios y letreros sucios y de plazas sin atención, con edificios despintados, sin alegría ni esmero. En cambio, en las afueras observé mansiones típicas de magnates, cada vez más enrejadas y protegidas. Lo que más llama la atención son los miles de carros nuevos –signos de estatus-- que atascan y afean una ciudad llena de baches. Por cierto, cada vez que voy llueve. En Hermosillo creo que solo han llovido dos días: ayer y el día que me casé, un primero de septiembre de hace 42 años. El Hermosillo en el que viví era sin duda más pintoresco, con una mejor calidad de vida. Había solidaridad, entrega, calidez humana sin poses, de la que trasciende. En mi recorrido por la Serdán casi me pongo a llorar del abandono, del poco interés por preservar algo de lo bello, de lo que es necesario preservar en toda comunidad. Por las colonias populares vi expendios de cerveza y tiendas de celulares en cada esquina, y cientos de “buquis bichis con la bichola de fuera” sin hacer nada.
5- En mi recorrido visité el panteón municipal donde está enterrada mi madre, Pina Iñigo de González Casero (1913-1983), junto a sus padres, sus hermanos, su abuelo y dos indígenas yaquis que fueron adoptados de niños por mi bisabuelo, que vivió 90 años, y que era corresponsal del NYT en Sonora: Ricardo Johnson (1834-1924), mejor conocido como papa-cali. Se llamaban Panchita y Manuel Olivas, a quienes traté hasta mis 15 años de vida en una casa situada en las faldas del Cerro de la Campana, por la calle No Reelección. Nos decía mi segunda madre Crucita Iñigo de Robles (1909-1995), que la sola presencia de ambos hermanos que vivieron junto a ellos hasta su muerte los humanizó, les dio otra perspectiva de vida. Sobra decir que esa casa estaba llena de vida y de vidas. Había matas, flores, pájaros, muy poco dinero y una presencia de Dios en cada rincón. Era muy superior la habilidad manual de Panchita y Manuel, nacidos en las comunidades indígenas yaquis, a fines del siglo 19. Su cara y su bondad son inolvidables, no obstante las diferencias culturales, al provenir ellos de otro código genético y postal. Eso es lo que enriquece la vida.
6- Siempre me ha intrigado por qué el importantísimo capital humano --factor clave del desarrollo económico--, no se aprovecha en mayor medida en México en general y en Sonora en especial. Los gobiernos mexicanos están completamente rebasados por los problemas de una población anestesiada que crece y crece. Los (des)gobiernos son asistencialistas, pero no son promotores humanos. Mi tesis es que si no hubiera pobres no hubiera políticos. Gobiernos van, gobiernos vienen, y el estancamiento económico y social sigue, con pocos visos de mejorar. ¿Qué puede hacerse? El sonorense no gusta de pagar impuestos, porque sabe que no se hace un buen uso de esos dineros. El sonorense de polendas y también el clase mediero es apostador y especulador, no es inversionista de largo plazo ni tiene cultura industrial. La meca del sonorense no es el DF, son Las Vegas. Como todos los estados norteños, Sonora está bajo dos grandes influencias: los cercanos EEUU y el lejano DF. ¿De dónde nace el espíritu especulador, jugador y apostador del sonorense? No lo sé. A lo mejor fue de los chinos, antes de que los corriera Calles. Sonora parece haber perdido la brújula desde los llamados gobiernos revolucionarios.Los caudillos sonorenses no supieron crear nuevos paradigmas culturales. Quienes arriesgan hoy en Sonora son los extranjeros, sean de otros países o de otras entidades.
7- Todo tiene una explicación. En México en general y en Sonora en particular se han vivido desde la revolución de 1910 puras falsedades. Se ha fomentado una dicotomía educativa entre ricos y pobres, con escuelas oficiales gratuitas para los pobres y privadas con fines de lucro para los ricos, sean o no confesionales. Pocos son los que llegan al olimpo provenientes de las escuelas oficiales. Por eso las castas sociales. No hay confianza en nada ni en nadie. En un día puede desmoronarse la paz social, como también la moneda y con ella años de ahorros y sacrificios. Por ello mientras los locales buscan ser rentistas, o tener negocios de bajo riesgo que generen rentas, siguiendo el modelo de Carlos Slim con las telefónicas, los fuereños buscan mercados para sus servicios y productos, en especial de la rama electrónica. Empiezan a instalarse en Sonora call centers y centros de búsqueda de personal experimentado para industrias de alto valor agregado de EEUU que buscan mano de obra barata y cercanía con el mercado de EEUU. Eso tiene futuro. En cambio, los intentos de crear polos de desarrollo turístico e inmobiliario como los pretendidos en Puerto Peñasco, San Carlos y Bahía Kino, son un completo fracaso. El empresario sonorense en general está descapitalizado y muy golpeado por las crisis.
8- El desafío es enorme, más ahora sin los recursos excedentes del petróleo. Es evidente, insisto, en que las necesidades de la población crecen con mayor velocidad que las posibles soluciones. Los gobernantes hartos de hacer lo que se puede y no lo que se quiere, terminan siempre llorando, frustrados, como acaba de suceder conEduardo Bours, que nunca entendió de corazón a los jodidos, la inmensa mayoría. Creyó que con cabalgatas se logran baños de pueblo. No escuchó a ningún disidente, rodeado de su corte celestial de yes mans y de sus miles de súbditos con sueldos bastante por encima de su productividad. A los gobernantes les falta cultura, lecturas e inteligencia social. Difícilmente pasarían un test psico-sociométrico que debiera ser obligatorio previo a toda elección popular. Por lo pronto, la alternancia está poniendo en jaque a unas tres mil familias que están siendo desplazadas por el nuevo gobierno panista, encabezado por un muchacho de 40 años, Guillermo Padres Elías, que luce muerto de miedo y que ya busca llenar con sus paisanos de Cananea los huesos a todos los niveles de gobierno.El resultado es que cientos de profesionales y de recién egresados de las universidades, que proliferan en Sonora, deben marchar fuera de la entidad para poder mantener a sus familias.
9- No se ve por donde pueda crecer la economía sonorense en los próximos años. La tarea es promover hasta con las uñas la inversión privada para crear empleos remuneradores. No hay otro camino, porque habrá menores recursos públicos federales. El entorno pronto será más favorable. La agricultura y la ganadería viven malos momentos con la atonía de los mercados. La minería es un puntal, pero en Cananea no pueden ponerse de acuerdo los obreros radicalizados --descendientes intelectuales de los Flores Magón--, y la empresa Minera México, dejando a la comunidad en serios aprietos económicos. Habrá que buscar nuevos y mejores caminos para in teresar a los obreros en las utilidades extraordinarias de la empresa. El publicitado Sonora Proyecta de Bours quedó a medias, no prosperó, no jaló, no convenció. Bours se dedicó a la auto-complacencia, a caminar sobre sus puntos fuertes –relaciones con el poder del centro— y descuidó sus puntos débiles, que finalmente terminaron por desquiciarlo, al no controlar su mundo emocional. El balance final de Bours no es tan malo y no refleja algunas de las bondades de su modelo operativo. El verdadero problema es que el poder termina por enloquecer a los virreycitos mexicanos. Desencadena fuerzas que no pueden controlar en las adversidades, con todo y sus signos externos de manipulación religiosa. Nadie escapa de la quemazón.
10- En síntesis, de un vistazo, y a través de preguntar y preguntar, me sensibilicé de una sociedad preocupada, bastante pesimista sobre su futuro, con un culto demasiado extendido al dinero y al poder. Es el resultado de una burocracia que crece y crece, al grado de que familias enteras de apellidos bien viven de los puestos de gobierno. Pocos quieren arriesgar en negocios nuevos, en nuevas ideas. Con las tasas de interés en los suelos los ingresos de los rentistas se han ido a pique. La experiencia ha sido clara: los que más han arriesgado son los que más han perdido. Lo importante ahora es cuidar lo poco que hay y dejar de intentar con nuevos negocios que pueden llevar a perderlo to do. Los jóvenes están en crisis existencial, todos quieren ser muy ricos, por la excesiva presión social hacia las marcas y los objetos de alto precio, y muy pocos toman conciencia de la realidad. Viven enajenados. La ciudad se segmenta por ghettos, con un sistema educativo en continua crisis --por la falta de dinero para pagar las colegiaturas--, y alejado de una posible unión de las clases sociales. Los modelos de vida austera y sobria no acaban de imponerse. El narco y el alcohol hacen presa a muchos jovencitos que se resisten a vivir con pocos ingresos. La propia demografía sigue una lógica implacable al dividir las fortunas y los negocios entre varios hijos de la siguiente generación.
11- Mi última reflexión: En la sociedad sonorense el único éxito que cuenta es el económico. Si no tienes dinero no eres nadie. Puedes ser un virtuoso de las letras, la música o las artes, un excelente profesor de la escuela oficial Ángel Arreola o de la Leona Vicario, que ayer visité, pero si no tienes dinero, nada vales para una comunidad que te mide por tus haberes y tus caudales. De esto opiné por cierto a unos jóvenes lectores de las LUPAS con quienes departí y que decidieron invitarme a hablar en Hermosillo en los próximos meses. Me pusieron una única condición: que hable sin pelos en la lengua, que sea incendiario. Se me va a dificultar, les respondí. ¿De que voy a hablarles a unos jóvenes que buscan trascender, ser, pensar, actuar, que quieren ser ellos mismos, no seguir a nadie y encontrarle sentido a sus vidas vacías?
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