martes, 12 de enero de 2010

Inconsciente colectivo.

Sin lugar a duda los medios tienen gran influencia en la configuración de una sociedad teledirigida y moldeada a su interés económico.

Carta de Gaby Vargas

Estimado Alejandro Fernández: No suelo meterme con el trabajo de los artistas; sin embargo, al escuchar en el noticiero de Carmen Aristegui la canción que promueves, llamada Unas nalgadas, la indignación me llevó a escribirte esta carta. No tengo el gusto de conocerte, pero quiero decirte que siempre te había admirado como cantante y joven talento. Seguramente estarás muy contento de que tu lanzamiento cause polémica, debido a la promoción gratuita que ello implica –tal como mencionaste en la presentación que realizaste ante los medios–; sin embargo, como mujer del siglo XXI, quiero decirte que tu canción me parece poco atinada, misógina y ofensiva. No es cuestión de un feminismo a ultranza, se trata simplemente de tener sentido común y ser consciente del efecto que una canción popular puede tener en el inconsciente colectivo. Considera por un momento que el pueblo, al cantar las canciones, hace suyas las letras.

Unas nalgadas con pencas de nopales lo que ocupas por falsa y traicionera.
Cómo te amaba, qué bruto, qué animal,cómo fui a dar mi amor a la ligera.
Unas nalgadas con pencas de nopal,una lección es la que te mereces.
Unos rasguños con espina de maguey,hoy se me antoja jugar gato en tus cachetes;
me hacías piojito y luego me "hicites" güe y ya te veré empeñando los aretes.

Honestamente, no comprendo qué te hizo aceptar promover una letra en la que parece normal, divertido e insignificante pegarle a una mujer. "Sirve como amenaza juguetona para la mujer y la canción me divierte", declaraste a la prensa. Asumo que se debe a la ignorancia sobre lo serio del tema. No sé si estés al tanto de los esfuerzos que tanto el gobierno, como instituciones privadas, hombres y mujeres realizamos por diversos medios para erradicar en nuestro país la violencia contra la mujer, una conducta imperdonable que nos regresa al estado más primario y salvaje del ser humano. Ojalá pudieras escuchar de viva voz el testimonio o conocer los casos de tantas y tantas mujeres que han sido golpeadas y humilladas por sus maridos al grado de requerir atención hospitalaria, si es que ese servicio está dentro de sus posibilidades o, en caso contrario, han terminado en la tumba. Además, como la violencia es una conducta que se aprende, después los hijos la repiten. ¿Cómo crees que se sienten los cientos de mujeres víctimas de la violencia en nuestro país al escuchar tu canción?

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